El segundo
documento más antiguo que conocemos es el “Padrón de los habitantes de la
jurisdicción de Pascuales” (1837), y que reposa en el Archivo Histórico Camilo
Destruye de la Biblioteca Municipal de Guayaquil. En esos folios desgastados
por el tiempo podemos comprobar que, en 1837, Pascuales únicamente tenía 276
habitantes, en su mayoría labradores y en menor número, vaqueros. Los pascua
leños eran catalogados por los empadronadores como “morenos” de clase -se
refiere a la etnia-, con un mínimo porcentaje de “blancos” y “mestizos”.
Lo curioso de este
padrón es que muchos apellidos de los que actualmente conforman Pascuales ya
constan a inicios del siglo XIX. Entre ellos, tenemos a los Rodríguez, Morán,
Valverde, Ramírez, Arriaga, Valero, Aristegui, Ajuria.En cambio, otras
familias llegaron de distintos puntos del Litoral, principalmente de la
península de Santa Elena y de Zamborondón. La atracción principal de Pascuales
eran los extensos pastizales donde se pastoreaba el ganado. Así lo confirma
Isabel Desiderio: “Traían sus ganados que habían al pastizal porque la
tembladera de Zamborondón se inundaba en invierno; entonces, pasaban esa
temporada aquí y luego regresaban a sus lugares de origen. De igual forma, las
personas que venían de la península también comenzaron a poblar el lugar,
como las familias Quima, La Rosa, entre otras”.

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